sábado, 2 de mayo de 2009

T'estimo, ets perfecte... ja et canviaré


El Teatre del Sol de Sabadell ha acogido durante el mes de marzo hasta el 10 de mayo una nueva producción del musical I LOVE YOU, YOU´RE PERFECT, NOW CHANGE -título original del musical- de Joe DiPietro (libreto y letras) y Jimmy Roberts (música), que se estrenó en el Westside Theatre del Off-Broadway el 1 de agosto de 1996.

T’estimo, ets perfecte, ja et canviaré –título de la obra traducido-es un muestra en clave de humor, de los problemas y virtudes de las relaciones de pareja. Un conjunto de experiencias que todos, de una manera u otra, hemos vivido en el transcurso de nuestra vida: el primer amor, el matrimonio, los hijos, la crisis de los cuarenta…pero eso sí narrados de manera sutil e irónica. Es una ácida y cómica mirada sobre el mundo de las relaciones hombre-mujer que, gracias a una partitura exquisita y un texto tan divertido como contundente, se convierte en una propuesta que plantea al espectador que, si el amor perfecto no existe…siempre valdrá la pena buscarlo.
La obra expresa todos los miedos sentimentales que todos hemos tenido y nunca nos hemos atrevido a confesar: la inseguridad física de la adolescencia, un affaire maduro, que nos conduce a preguntarnos cómo he podido caer tan bajo si yo antes tenía unos mínimos, la bajada en picado de la actividad neuronal al tener un hijo, el milagro que se produce cuando recibimos esa llamada de aquel alguien que dice que te llamará, y va y lo hace (¡aleluya!), así como también que el amor es aquella cosa que nos permite tener de 16 a 30 años durante la época dorada de la geriatría. Todo hecho con gracia, inteligencia y elegancia, creando el tono justo para hablar de las relaciones amorosas sin caer en las trampas posibles: machismo, tópicos, dogmatismos y groserías. Nada que ver con la cosa basta serie de televisión de Escenas de matrimonio de Tele5.

T’estimo, ets perfecte ja et canviaré es una auténtica delicia, un canto a la gente que tiene la suficiente experiencia para saber que el amor siempre es un problema y, todavía más, cuando piensas que ya lo tienes solucionado. La obra se desarrolla a partir de una serie de sketchs diferentes, que no tiene relación entre ellos, en cuanto a personajes se refiere, pero que todos y cada uno de ellos te dejan con un buen sabor de boca.
Un piano, un violín y un contrabajo ocupan un discreto lugar a un lado del escenario pero llenan de buena música el espectáculo. Los actores están fantásticos, disfrutan del qué hacen y se nota, puesto que la música, la letra, el texto y las escenas, todo es muy bueno. En cuanto a la escenografía, de Ramon Ribalta, es sencilla y encantadora: como una caja china de sorpresas, con escondrijos, con nuevas e inesperadas posibilidades, con aperturas y puertas ventanas y objetos que dan a la obra una sensación de magia y encanto, pero sobre todo de esperanza. Un ambiente que sin duda nos contagia y nos transmite la energía necesaria para no perder la esperanza en la búsqueda del amor perfecto.

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