sábado, 16 de mayo de 2009

¿Qué nos queda de la educación?

Gregorio Luri (Azagra, Navarra, 1955) empezó a dar forma a l’ensayo El criterio perdido un día concreto, el 19 de Junio de 2003, el mismo día que va comprarse El criterio de Balmes. La filosofía ‘del sentido común’ de Balmes, donde dos más dos son cuatro, empujó a Luri a desarrollar su tesis respeto la decadencia de la educación con la voluntad de huir de estos dogmas. El doctor en Filosofía y, poeta en sus ratos libres, procura a lo largo de estas 71 páginas argumentar la crisis que sufre la institución escolar en sus entrañas, no en las apuestas legislativas.

Gregorio Luri inicia este ensayo haciendo uso de la metáfora: El mito clásico de Baubo será una constante durante las 70 páginas para simbolizar la imposibilidad de encontrar la desnudez de la verdad. Según el autor, la crisis de la institución escolar nace de su transformación “hacia la desorientación”, donde se habla más de valores que de virtudes. L’olvidos en nuestro lenguaje de conceptos como “virtud” o “ voluntad”, el yo sin restricciones (una escuela que s’adapta a l’autonomía de l’individuo), la muerte del estudio con su sustitución por la práctica más didáctica o la costumbre de esconderse tras la propia opinión a partir de ejercicios de debate, son algunos de los síntomas que presenta esta decadencia. El filósofo desarrolla la evolución de la escuela republicana francesa hacia un zappismo intelectual, basado en la autonomía del individuo y la desaparición esfuerzo personal.

Para explicar todo este proceso sigue una clara estructura de jerarquía dentro de las páginas del ensayo, que facilitan la lectura y el orden de las ideas para aquellos que no sean Doctores en Filosofía. El ensayo se compone de 13 capítulos: cada uno de ellos es una pieza fundamental de la argumentación colocada en el momento preciso. A las primeras líneas - referentes al mito de Baubo y al dogmatisme de Balmes-, les siguen aquellas que explican el origen del pensamiento que apuesta por una autonomía del individuo – hasta remontarse a Byron-, para después introducir el problema de la decadencia de la escuela.

No podría defender esta crisis sin explicar el modelo republicano francés, la otra cara de la moneda. Para el lector que lo desconozca, Gregorio Luri lo desarrolla en pocas páginas pero suficientes por establecer la comparación con el nuevo modelo decadente. Esta separación temática ayuda al lector en un texto filosófico que, sin caer en las tinieblas de la densidad, obliga muchas veces a una segunda lectura.

Luri bebe de pensamientos que se remontan a nuestros clásicos: mitos griegos, pensamientos aristotélicos, Byron y Fichte – como orígenes del nuevo modelo educativo-, hasta cita a Condorcet o Saint-Simon – como iniciadores del modelo republicano-. Constantemente, sus ideas remiten a teorías filosóficas e incluso psicológicas. El hecho de que el ensayo sea breve, hace que no siempre el autor se pare a explicar o aclarar los principales principios de estos pensamientos, obligando al lector a que sea mínimo conocedor de la historia de la filosofía.
Utiliza un lenguaje claro y directo, no juega con la ambigüedad ni propone una lectura entre renglones. Incluye algunos fragmentos en francés que no incorporan traducción y, cuando se trata de unas cuántas líneas, dificultan el seguimiento a aquel lector que no tiene nociones de lengua francesa.

La esencia de la tesis – la decadencia educacional- se palpa en todas las páginas. Esto no quiere decir que el ensayo de Luri resulte monótono ni que haya fragmentos calcados. Ayuda a entender cada bloque temático que el autor pretende desarrollar. La estructura circular que descubrimos al final – vuelve al mito de Baubo- acaba de dar sentido a su argumentación.

Con la mención especial que recibió este ensayo por el jurado del Premio IDEAS d’Ensayo Breve al 2003, el lector tiene entre sus manos una argumentación histórica devoradora de filosofía y excepcional en el juego de descubrimientos que se destapan en cada nueva página.

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