martes, 10 de marzo de 2009

¿En serio esto vale un millón de euros?

Al hablar de arte con mi novio, el me dijo que arte era él, porque cuando dormía creaba una música que sin duda alguna, se podía considerar arte. Al menos a él le gustaba porque decía que era su forma de expresarse mientras dormía. La cuestión es que yo no lo veía igual, pues su “arte”, como él lo llama, me produce a veces un poco de insomnio.


Pero la cuestión es, ¿qué es el arte? El arte es la forma de expresión de sentimientos por excelencia, de pensamientos, de percepciones de la realidad. El arte es producto de la imaginación y la creatividad de una persona normal o anormal, que luego es vendido por millones y millones de euros, y por el cual más tarde una multitud de personas pagan por el privilegio de contemplar unos lienzos manchados.

El arte siempre ha sido un mercado. Siempre. Desde el Renacimiento, entonces era un mercado pequeño llamado Florencia, que albergaba la cuna del arte. Su máximo exponente era el artista Miguel Ángel. Este mercado estaba compuesto por cuatro marchantes de arte que compraban obras por grandes sumas de dinero. A diferencia de entonces, el mundo y el mercado se han hecho grandes, y en este mercado se mueve mucho más dinero.

El mundo del arte es un negocio en el que participan unas pocas personas que se hacen llamar coleccionistas y que habitualmente aparecen en extensos reportajes de la revista HOLA! enseñando sus lujosas mansiones y haciéndonos ver que forman parte de un sector exclusivo o zona VIP de la sociedad. Una zona VIP que, como bien expresan las siglas (Very Important Person), tiene el acceso restringido a unos pocos mimados de la fortuna que, desde su aparición en el siglo XVII y durante toda su existencia, han ido almacenando piezas de las que gozan en vida y delegan a su muerte. No siempre es así, ya que existen dos tipos de coleccionistas: unos privados, de los cuales muchos ceden sus colecciones a museos y exposiciones para que el arte pueda llegar a más gente; y otros, también privados, que se dedican a poner barreras limitando el acceso del público en general a las obras de arte de antaño, dejándolas olvidadas decorando las estancias de sus hogares, y privando al resto de la sociedad del placer de contemplarlas. Egoístas que acumulan obras de arte como un mero trofeo que les otorga cierto nivel de prestigio.

Para Cristina Carlisle, representante de la subastadora Christie's en Argentina, "el mercado es una mezcla de gusto, calidad de la obra, estado de conservación y procedencia. Además, es preciso que sea una buena obra dentro de la carrera del artista". La señora Carlisle habla de buen gusto y de cómo está de sobrevalorado. Es un típico tópico decir que el arte es subjetivo y que depende de cada individuo de una sociedad. Así lo demuestra el 'Museum of Bad Art (Moba), ubicado en Dedham (Massachusetts, EEUU) el único museo del mundo dedicado a la colección, preservación, exhibición y celebración del mal arte en todas sus formas. Y os estaréis preguntando, ¿qué es eso del mal arte en todas sus formas? Pues, este museo se dedica a montar exposiciones en lugares no tradicionales con aquellas obras que una galería no se atrevería nunca a mostrar. Tal y como dicen en Clarín.com, su nacimiento está vinculado al hallazgo casual de ‘Lucy en el campo con flores’ (que podemos ver a la derecha de estas palabras) de cuyo autor se desconoce el nombre. La pintura fue rescatada de la basura por el coleccionista de antigüedades Scout Wilson quien la catalogó como una obra maestra (desde su punto de vista como individuo, claro). Todo esto no hace más que corroborar que lo que constituye buen o mal arte es, por supuesto, una cuestión subjetiva, de gustos y opiniones personales. Lo que para una persona es un tesoro para otra puede ser como el más habitual par de sus calcetines. Pero lo que sí es cierto es que, tanto si es arte bueno como si es arte malo, como pasa si llevas un peinado a lo Amy Winehouse, no se puede dejar de mirar.

En realidad, el problema del mundo del arte es la ética del coleccionista sobre lo que vale una obra de arte. Muchos están criticando estos días la cantidad millonaria de 22 millones de euros que ha pagado un sujeto anónimo por obtener un sillón que perteneció al difunto Yves Saint Laurent. Es cierto, es un precio excesivo, pero esto también se puede relacionar con el fútbol. Un punto a debatir es que ir a un partido de fútbol cuesta más que ir al museo. Esta industria del deporte mueve mucho más dinero, hace más millonarios y promueve más intereses, pero nadie lo cuestiona. El fútbol entretiene, es decir, se entiende. ¿Quién quiere ver a Monet en directo teniendo a Beckham luciendo palmito sobre el césped? ¡Por favor, ni punto de comparación!


Monet - Los nenúfares


¿Cuál es el problema del arte, entonces? Que no entretiene. ¿Por qué? Porque, lo mismo que para construir un puente se necesitan herramientas, para hablar de arte se requiere un conocimiento de este en general que nos puede proporcionar mucha más información sobre el cuadro y su autor que nos ayudará a entender la obra. ¿Que un Picasso sea caro, se debe a que los coleccionistas han especulado sobre el? Sí. Pero también se especula sobre unos chicos que juegan a la pelota, pero entonces, no moralizamos. ¿Por qué con el arte si? Porque no entretiene. El arte no entretiene pero mueve dinero, por lo que si mueve dinero y no entretiene, es sospechoso ante todos. ¿Por qué ser moralista sólo con el arte y no pasa con el deporte , como el fútbol o la fórmula 1, que son entretenimiento y mueven más dinero? Por qué vivimos en la sociedad del espectáculo.

Volviendo ya al quid de la cuestión, los coleccionistas privados del arte, deberían tener unas leyes que les obliguen a exponer sus piezas. Reivindicar una ética coleccionista. Mi buen amigo Alvy Singer me dijo una vez que el arte se debe entender para poder disfrutar de él, pero que en general, la gente no lo entiende. En mi opinión el arte debería ser, como bien dice mi compañero Gerard, un bien universal. Si bien es cierto que no todo el mundo lo puede entender como tiene que ser, ¿por qué de todos modos no pueden disfrutar de él? ¿Acaso no tienen derecho a sentir y vibrar igual con una obra de arte? Reflexionemos sobre ello.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con tu mensaje, Clara. Obviamente, el arte no es entendido por todos y eso resta capacidad de crítica a muchas capas de la sociedad, pero no por ello debe ser menos accesible.

    Entiendo la postura de Alvy Singer, aunque me parece un poco elitista. Las comparaciones con otros ámbitos no me sirven porque entonces se supone que estamos legitimando las cifras y este modelo.

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